
Dietas: no siempre hay que prohibir
He estado leyendo el libro La dieta de la paradoja, de Giorgio Nardone (2009), maestro de la Terapia Breve Estratégica, y me he puesto a pensar en todas aquellas personas que al inicio de un nuevo año, como en estas fechas que estamos, deciden comenzar una dieta. A todas ellas, ánimo y unas ideas…
Lo que viene a decir Nardone es que el gran fallo de las dietas es que suponen un sacrificio grande. Sí, muchas dietas son realmente sosas y aburridas…adiós a los dulces, ni tocar las salsas,… restringen, controlan, limitan, prohíben de forma exagerada y olvidan que nuestra relación con la comida está basada en el placer. En el comer hay mucho de emocional y mental. Y ahí está la paradoja de la que habla el autor, y ahí está el porqué a muchas personas (aunque siempre las hay que pueden con ello!) fracasan en su intento de seguir una dieta. Y es que, a veces, aquello que me prohibo hace que lo desee aun más!!! Es, entonces, cuando después de un periodo de control y sacrificio el aumento del deseo por comer lo prohibido aumenta y nos descontrolamos y comemos lo vetado, que suele ser lo que más calorías tiene…. por desgracia… y de manera, a veces, desmesurada. Entonces, hay que volver a empezar; aparecen los sentimientos de culpabilidad por haber caído en la tentación, surgen las ideas de falta de voluntad o capacidad para llevar a cabo la dieta…vamos, que nos desanimamos!
No me voy a meter en las labores de profesionales de la dietética y nutrición, que para ello tienen la formación adecuada, pero si quiero recordar la importante relación de nuestra mente con la búsqueda del placer y que ello no debe de ignorarse a la hora de programar una dieta alimentaria.
Obviamente si estoy haciendo una dieta para adelgazar y me como una chocolatina tras otra, no obtendré los resultados deseados. Pero, si de vez en cuando se me permite, ese pequeño placer dejará de ser algo prohibido y perderá su poder de atracción. De este modo, la relación con la comida se equilibrará y aprenderemos a afrontar la frustración, a autoregularnos, a valor nuestras capacidades, a sentirnos más a gusto.
Sólo recordar a los que empiezan una dieta este primer mes del año que:
- no olviden que hay mirar las dietas como una herramienta más para alcanzar un objetivo (sea mejorar nuestra autoestima, sea mejorar nuestra salud, etc.) y no una pesada carga;
- que tienen que ser equilibradas, sanas y variadas;
- que demasiadas restricciones de golpe pueden entorpecer a la larga el mantenimiento de los resultados de la dieta (la idea es mantenerse);
- que existen profesionales acreditados para guiar y ayudar en estos procesos,
- que las dietas milagro no son en absoluto milagrosas y que algunas pueden ser hasta peligrosas.
Así que comamos de forma sana y equilibrada y no nos castiguemos si de vez en cuando nos damos un placer…eso es muy humano!!! Y sí durante nuestra dieta de adelgazamiento decidimos comer un día algo no contemplado, no nos dejemos arrastrar por lo que Nardone llama “el efecto rebelión: ya que no lo consigo, me dejo llevar”. Es decir, que si un día me salgo del sendero, después puedo volver a entrar en él y llegar a mi destino. Es tan solo una conducta muy humana.