
Positivismo versus Realismo
Siempre he pensado que el optimismo es don muy positivo! Pero, el no serlo no es tan desastrozo como se afirma. Dicen algunos estudios que las emociones positivas proporcionan experiencias gratificantes a corto plazo e incluso podrían hacerlo de forma duradera. Mientras que los estados emocionales negativos, el pesimismo…vamos, si se prolongan en el tiempo pueden afectar al sistema inmunológico y, en general, a las funciones del organismo. Hasta aquí, de acuerdo. Pero, si bien ser positivo reduce la ansiedad o contribuye a un menor desgaste del organismo, no es un «mágico elixir»como parece ser que se rumorea en la actualidad.
Experimentar una emoción positiva o negativa dependerá del contexto, no? La «tiranía de la actitud positiva» (Held, 2004) puede no ser apropiada en ocasiones. A veces mejor pensar en negativo si con ello conseguimos protegernos de un peligro que vivir en un positivismo naïf. En otras, la sensación de no conseguir esa actitud positiva puede hacernos sentir mal, incluso perjudicar la idea que tenemos de nosotros mismos, por no alcanzar ese estado del «sí, se puede»! Y es que no hay 2 personas iguales y no todos podemos pensar siempre en positivo, pero no por ello debemos desmoralizarnos ni condenarnos por no ser fan de la «actitud positiva».
Aquí os dejo un enlace a un artículo de Victor Amat sobre «Lo negativo del pensamiento positivo».
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